Beneficios

Su contenido en ácido oléico y linoleico influyen en el control del colesterol, la circulación sanguinea y la salud del corazón.

Su contenido en Ácido Fólico del aminoácido Lisina, previene problemas vasculares.

Brindan vitamina E y B, fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio, evitando enfermedades degenerativas como por ejemplo el cáncer.

Son muy ricos en calcio hasta el punto en que pueden sustituir a la leche, sobre todo en aquellas personas con intolerancia a la lactosa.

Para la gente joven ayuda a reforzar los huesos y favorece el crecimiento, mientras que para los de mayor edad su consumo previene la osteoporosis.

Una merienda compuesta por frutos secos te dará energía para las últimas horas del día.

Añade a tus cereales o ensaladas: almendras, pistachos o cacahuetes y mejora tu tránsito intestinal.

Ayuda a una buena circulación, y puede ayudar a prevenir enfermedades reumáticas o artritis.

Uno de los frutos secos que nos puede aportar más beneficios para la memoria y el cerebro en general son los pistachos, son ricos en folatos.

Algunos frutos secos como las almendras, nueces, avellanas ayudan a combatir la ansiedad.

Los frutos secos alivian la fatiga, reduce el estrés y son muy beneficiosos para combatir el síndrome premenstrual.

Los frutos secos aumentan su efecto al tomarlos después del ejercicio físico, ya que justo después aparece la “ventana de oportunidad” o técnicamente denominada también “la ventana anabólica post-entreno”. Esto significa que cuando finalices el entrenamiento, tu cuerpo consumirá las reservas de glucógeno muscular, apareciendo la ventana anabólica. Es el momento idóneo para aportar proteínas a tu cuerpo porque las hormonas anabólicas harán que se aprovechen al máximo.