Crujiente de pipas, un aperitivo sano y delicioso

INGREDIENTES

200 gramos de harina

5 gramos de levadura

5 gramos de sal

100 gramos de agua

10 gramos de aceite de oliva virgen extra

pipas de girasol peladas

PREPARACIÓN

Hoy os traemos una receta sencilla, rápida y muy sana. Además, se trata de una elaboración muy divertida para hacer con los más peques y que dejará sin palabras a todos los miembros de la familia. Ideal para un picoteo ligero, como acompañante de cualquier comida y perfecta para tomar con amigos viendo una película o un partido, acompañado de unos refrescos o cervezas.

El crujiente de pipas es una receta muy agradecida, pues con pocos ingredientes y sin tener que rascarnos demasiado el bolsillo obtendremos un snack sabroso y sano. Y es que las pipas de girasol tienen una serie de propiedades que las hacen esenciales en nuestra dieta: como cualquier fruto seco, son ricas en fibra, vitamina E, ácidos grasos, calcio y fósforo.

En primer lugar, pesa la harina y tamízala en un bol. Añade el resto de ingredientes: la levadura, la sal, el agua y el aceite de oliva. Comienza a amasar hasta que se integren los ingredientes y obtengas una masa homogénea y fina, tipo la masa para pizzas. Puedes hacerlo con una amasadora o robot de cocina, y también a mano. Es una masa sencilla de trabajar, por lo que no será un trabajo pesado.

Deja reposar la masa unos 15 minutos, siempre tapada por un paño o papel film. Transcurrido este tipo, espolvorea harina en la mesa y comienza a extenderla con un rodillo. Enharina el rodillo para que esta no se pegue y sigue amasando hasta obtener una base de medio centímetro aproximadamente de grosor.

En este momento, humedece ligeramente la masa con agua, bien con las manos o bien con un pincel, y añade las pipas peladas. Pasa el rodillo suavemente por encima para conseguir que las pipas queden bien adheridas a la masa.

Precalienta el horno a 200º. Mientras el horno se calienta, corta la masa en rectángulos o tiras de la medida que desees. Añade una cubierta de teflón o papel de horno a la bandeja y coloca estas tiras con cierto espacio entre ellas.

Introduce en el horno y deja cocer durante unos 15 minutos, hasta que comiencen a dorarse. Evita que se pase, pues quedarán excesivamente crujientes. Deja enfriar en una rejilla y guarda en un recipiente hermético para evitar que pierda sus propiedades.

Ahora solo queda disfrutar de estos crujientes solo o en compañía.